LLEGA EL FRÍO

Ya las previsiones lo anunciaban: entre hoy y mañana iba a llegar el frío. Esta tarde, cuando hemos salido del orfanato, como era viernes, nos hemos ido al Marco Polo a tomar unos gin-tonic, y al volver, a las siete y media de la tarde, ya marcaba un grado bajo cero. Para mañana han dado hasta diez bajo cero. Parece que voy a empezar a sacar todas las, bufandas, gorros, guantes y demás refajos contra el frío.

Esta tarde, nuestro amigo Miroslav, al que ya conocéis, cuando le hemos dicho que queríamos ir a un bar, nos ha llevado a un par de garitos. El primero, que tenía muy buena pinta, estaba cerrado. Una pena. En el segundo, que, por el contrario, tenía una pinta más bien cutre, resulta que estaban celebrando una boda, o un bautizo o algo que no se sabía bien lo que era, pero estaba todo el mundo comiendo, y parecía que iban elegantes. Digo que parecía que iban elegantes, porque más bien lo que daba la impresión es que estabas en una reunión de engendros. ¡Qué gente más fea, por favor!.

Nos hemos vuelto al coche y le hemos explicado a Miroslav que estaban de boda (para que nos entendiera, le he cantado la marcha nupcial), y nos ha llevado al bar Marco Polo, en el que estuvimos el viernes pasado.

Hoy había más gente que la semana pasada. La chica que nos atendió entonces no estaba. Luis andaba con antojo de gin-tonic, así que se ha ido a la barra, y hablando con las dos chicas, el tío se ha preparado los dos gin-tonic; los que conocéis a Luis, sabéis que es muy especial con las copas, que si el hielo justo, el chorrito de limón exprimido, el canto del vaso frotado con la cáscara de limón… La verdad es que le han quedado muy buenos, y ahí hemos estado tres cuartos de hora, y hemos cambiado un poco la rutina. Me imagino que mañana también saldremos un ratito, es que si no se hace de un aburrido tremendo, todo el día en el orfanato y en el hotel.

Esta mañana, que hemos llegado diez minutos más tarde, y ya habían bajado Olena y Diego, cuando Luis ha recogido a David, la cuidadora le ha dicho que el pobre, al ver que sacaban a los otros dos, se ha puesto a llorar, me imagino que pensando que a él, hoy, no le sacaban. Por lo general, Luis le suele recoger, mientras yo voy a dejar las cosas a la sala de juegos con Oksana. Cuando llegan los dos, David, cuando me ve, me suele echar una sonrisa que no se paga con dinero, de la misma me derretiría, voy donde él y me lo como a besos: Pero como buen “morrosco” que es, enseguida, me aparta y se quiere bajar para irse a todo meter a jugar.

Nuestra amiga La Cebolleta, por suerte, esta mañana no olía tan mal, ni tan intensamente como ayer, que Luis llegó al hotel con dolor de cabeza por culpa del hedor. Por la mañana, no han estado Maléfica y su marido, pero por la tarde sí. Y hoy ellos, sí que olían. Así que no escapamos del olor. Es insoportable. Imaginad lo mal que huele que hay veces que prefiero el olor a orfanato, que es algo que me revuelve hasta las entrañas cada vez que entro.

Maléfica, esta tarde, ha estado calibrando el peso de David. Se ha dedicado a cogerle en brazos y a asegurarme que pesa más de trece kilos. Por más que le aseguraba yo que no, que Oksana pesa doce y pesa más que David, la tía erre que erre. También, esta tarde, David ha bajado con una herida de guerra en la frente, que a la mañana no tenía. Pues la bruja, preguntando a ver si se la había hecho con nosotros. Luis ya le ha dejado bien claro que había sido arriba.

Hoy nuestro cosaco ha bajado sin pañal. Yo infeliz de mí, he pensado que igual le habían dejado porque controla ya. Hemos podido comprobar que no, David no controla sus esfínteres, se ha meado como un campeón. Encima hoy le habíamos llevado zumo de manzana para ver si le gustaba, y el tío se lo ha bebido con una alegría que no veas. Claro, me parece una proeza, porque su hermana, en la vida se ha tomado un zumo. Ella con la leche y el agua tiene suficiente.

Oksana y yo le hemos subido a donde las cuidadoras para que le cambiaran y pusieran un pañal. Cuando subíamos las escaleras, David se ha puesto a gimotear, y a tirarse de mis brazos, porque no quería ir. Oksana me ha preguntado que por qué lloraba, yo le he dicho que porque pensaba que le íbamos a dejar ya en su habitación Hemos estado viendo a los compañeros de cuarto. A los que saben andar, que son cuatro, les tienen metidos en una especie de corral, y a los que no saben andar, que son dos, les tienen en sendos andadores. Había uno que corría alegremente por fuera del corral y no tenía andador (debía ser el privilegiado). Todos nos miraban y nos sonreían, y nos hacían monerías para llamar nuestra atención. Una de las niñas que estaba en el andador, se ha venido dando impulsos hasta la puerta donde estábamos Oksana y yo, y se quedaba embobada mirando a Oksana. Oksana le decía muy seria “Niet, niet”, luego me traducía “le digo que no, que no salga, que le pueden castigar, sólo puede salir David”. Cuando ya le han vestido a David, y nos íbamos, le he dicho a David “Vamos, cariño”, y entonces Oksana le ha dicho con una ternura “¿Ves, cariño, cómo no te íbamos a dejar?, mamá nunca nos cuenta mentiras, vamos a jugar”.

No sabe bien David la hermana que tiene, la suerte que ha tenido. Yo me doy cuenta cada día, y Oksana me sorprende diariamente. Estoy segura que Oksana también ha tenido una suerte inmensa al encontrar a David, sólo que ahora tenemos que ir descubriendo, poco a poco, cómo nos va sorprendiendo, a su manera, el enano.

Hoy ha tenido una tarde completa, porque nada más bajar, el tío se ha cagado entero, debía ser que el peto que le han puesto le quedaba tan justo que le oprimía un montón. Así que me he estrenado cambiándole el pañal que, por suerte, me ha dejado Toñi, porque yo, aún, no llevo encima.

Bueno, aquí os dejo una foto de nuestro cocinero, Vitaly, que está con Luis y con Oksana; y otra foto, en la que estamos Oksana y yo, a punto de ponernos a cenar las ricas viandas que nos ha preparado para esta noche.

Creo que no tengo más que contaros por hoy, si se me olvida algo, ya os lo pondré mañana. Un beso muy fuerte para todos,

Susana, Oksana, David y Luis