NOS VEMOS EN KIEV

¡Hola a todos!

Por fin ha llegado el momento. Después de pasar unas Navidades sin demasiados nervios, pasados los agobios de los papeles, el viernes, la víspera de Reyes ya teníamos todos los papeles necesarios listos, se terminaron las fiestas y de golpe y porrazo, empecé a estar cardiaca. El domingo tenía pensado haber empezado a hacer las maletas, pero llegamos tarde a casa, así que no pudo ser; y ese día empezamos a despedirnos de familiares, y me empezó a entrar un agobio enorme.

La mayoría sabéis que soy muy previsora y me gusta tener todo, más o menos, controlado, y al ver que no tenía nada hecho, y que, encima, no sabía por dónde empezar. era peor porque estaba como en estado catatónico.

Pero bueno, todo llega, y en estos días, como si se tratara de una carrera contra reloj, hemos llegado. Ahora es la una y media de la madrugada. Me tengo que levantar a las tres y media, ya que salimos a las cinco de la mañana hacia el aeropuerto, así que creo que no me voy ni a acostar. Espero llegar tan cansada a Kiev, que caeré redonda en la cama mañana, porque si, por los nervios de la cita, no duermo tampoco mañana, en el Centro de Adopciones, dirán por Oksana, que que niña tan mona, pero que que pena de madre, y que si está así con una, a ver cómo va a estar con alguno más. De todas formas, ahora mismo no estoy cansada.

Como os decía salimos hacia el aeropuerto a las cinco de la mañana ya que el avión sale a las siete menos cuarto. Vamos vía Milán. En principio, tenemos previsto llegar a Kiev, sobre las cuatro menos cuarto. (Acordáos que allí es una hora más que aquí). Entre que pasamos aduanas y demás rollos macabeos, calculo que sobre las seis podremos estar ya en el apartamento.

Esta vez, Victoria nos ha cogido un apartamento con dos habitaciones. Para los que conozcáis Kiev y os situéis, está justo detrás de la parada de metro que está al lado del McDonalds en la calle Kreschatik. Así que estamos muy, muy céntricos.

Aunque vayamos los tres, sé que mucha gente viene con nosotros. Todos los que habéis estado en Kiev, recorreréis con nosotros todas las calles, estaréis con nosotros en los cafés, en los cybers, en la cuesta de San Andrés, en el "Mandarín", y os aseguro que yo, por lo menos, sentiré vuestra compañía.

Sé que otros muchos también estaréis con nosotros, sin haber estado en ese maravilloso país, pues lo que vayamos contando lo habréis vivido ya vosotros, en otros países, o incluso estaréis a punto de empezar vuestra aventura.

Y por supuesto sé que la gran mayoría que, aunque no hayan vivido esta maravillosa experiencia, no sepan lo que es una adopción ni conozcan Ucrania, estáis con nosotros, acompañándonos cada minuto e intentando sentir lo mismo que sentimos nosotros, y todo porque nos queréis un montón, y os lo agradecemos de verdad.

Quiero pedir disculpas a toda la gente que ha intentado hablar conmigo, o me ha escrito esta tarde/noche para despedirse y desearnos suerte, y no he podido atenderle. (Pablo y Rut, tía Mari Tere, Belén, Saioa, Belinda, Ana Zumárraga, Paula Leis, ...). También quiero pedir perdón a aquellas personas a las que no he podido avisar que nos íbamos, pero que están en mi mente (Alicia, Eli y José, y seguramente otras que iré recordando día a día).

Bueno, os dejo porque tengo que hacer unas cuantas cosas aún. Son las dos menos diez de la mañana y aquí sigo.

Ah, por cierto, no sé cuándo podremos conectarnos a internet desde allí, ni sé cuándo tendremos la nueva tarjeta de teléfono con el número ucraniano. En cuanto pueda os daré toda la información. No he podido mirar a ver si todavía funciona lo del sistema "phonetone" para llamar más barato desde España. Tampoco sabemos todavía a qué hora tenemos la cita, pero yo creo que seremos de los primeros por la mañana.

Bueno, ahora sí, muchas gracias a todos por estar ahí. Nos vemos en Kiev. ¡Hasta luego!.

Un beso enorme,

Susana (Oksana y Luis, ambos en el quinto sueño)